Estandarte de la primera peregrinación nacional a Lourdes
“Estandarte de la primera peregrinación nacional a Lourdes”, utilizado durante la Primera Peregrinación Nacional Vasca al Santuario de Lourdes durante los días 23, 24 y 25 de julio de 1910.
Lourdes, localizado muy cerca de Euskadi, atrajo desde muy pronto peregrinos vascos, viajes que no han dejado de realizarse hasta la actualidad.
En un artículo de opinión aparecido en el “Gipuzkoarra” se propuso la idea de organizar una peregrinación nacional a Lourdes, que fue acogida con entusiasmo por todos los nacionalistas vascos. Esta primera peregrinación se fijó para los días 23, 24 y 25 de julio de 1910. Para ella, se recabó la bendición del Obispo vitoriano, que accedió no de muy buena gana y justo en el último momento. La peregrinación fue un éxito y miles de vascos pudieron orar ante la gruta de la Virgen de Lourdes a pesar de que el Obispo de Tarbes, advertido por el Ordinario vitoriano, puso todos los obstáculos posibles a los católicos vascos.
Esta demostración de fuerza nacionalista, sin salirse de la ortodoxia católica, no gustó en la sede vitoriana, pero fue muy bien recibida por la masa nacionalista y al año siguiente se volvió a organizar una segunda peregrinación a la Gruta.
Para este segundo viaje se volvió a recabar la bendición del Ordinario vitoriano, pero éste se negó a concederla aduciendo que la expedición partía de Iruñea y que correspondía al Obispo pamplonés otorgarla. Los peregrinos lograron el beneplácito de Monseñor José López Mendoza, además de otros obispos, lo que no evitó que en Lourdes se produjeran numerosos incidentes.
Esta segunda peregrinación volvió a ser un gran éxito de participación popular, empañada por la gran cantidad de desaires de las autoridades eclesiásticas francesas, presionadas, de nuevo, por el clero español, que tachó a la expedición vasca de separatista y de utilizar manifestaciones católicas para hacer política.
Entre las innumerables trabas que Monseñor François-Xavier Schoepfer, Obispo de Tarbes, les puso se encontraba, de nuevo y al igual que el año anterior, la prohibición de realizar una ofrenda a la Virgen con un artístico estandarte a la manera que otras expediciones nacionales (alsacianos, polacos, etc.) habían realizado en ocasiones anteriores. Se trataba de una pieza textil realizada en seda y raso en rojo, blanco y verde, de 265 cm. de alto por 115 cm. de ancho, de doble capa no reversible, en cuyo anverso lleva una cruz blanca central preferente con seis rayas rojas y seis rayas verdes que recorren el campo verticalmente. Las rojas son el doble de ancho que las verdes en donde se destaca el escudo de Euskadi, enlazado con la inicial de María, bajo la augusta corona de la Reina del cielo.
Las bandas verdes sobrepasan el borde inferior. Las rayas verdes y la banda blanca vertical están rematadas con amplios flecos. Colgado sobre “trabillas” realizadas por la continuidad de las bandas rojas. Antes, rematando el borde superior, una banda azul con inscripción, en el centro bordados sobrepuestos donde se puede leer: “Zure egapian artu gagixuz”. Pequeñas aspas verdes sobre cenefa de plateado campo, significando libertad en Dios rodean el escudo y en lo alto, una cruz, también de plata, nos habla de redención.
El reverso es de color escarlata, lleva tejido liso con inscripción bordada en la parte baja y en letras verdes aparece esta inscripción “Lenengo Euzkotar ozterea Lourdesera. 1910’go Garilla’ko 23-24-25etan”.
Este estandarte, que fue realizado en el Convento de las Madres Adoratrices de Begoña en Bilbao, se realizó siguiendo el diseño de Luis de Arana para la bandera de la Confederación Euskadiana, siendo el dibujo obra de Luis de Lertxundi, quien también supervisó su confección. Durante su exposición, en el establecimiento de D. Hipólito de Urrejola, sito en la calle de la Estación, esquina a la Plaza Circular, numerosas fueron las personas que desfilaron para su contemplación.
Tanto en la primera peregrinación, con Luis de Arana como abanderado, como en la segunda, el estandarte utilizado fue el mismo. Años después, durante el franquismo, fue entregado a la familia Torner de Zarautz, quien lo conservó hasta depositarlo en el-Museo del Nacionalismo Vasco de Sabino Arana Fundazioa, donde se conserva en la actualidad, siendo una de las piezas seleccionadas por el ICOM-Europa como pieza relevante para la comprensión de la diversidad europea, sus relaciones transnacionales, sus experiencias comunes y sus perspectivas futuras.
Su imagen forma parte de la publicación “Reflecting Europe in its Museum Objetcs”, que reflejará la heterogeneidad y extraordinaria riqueza y diversidad de los museos europeos. Esta pieza es una de las 49 seleccionadas de entre un total de 116 propuestas de 24 países diferentes.
Materia:
Textil Seda Raso, rojo, blanco y verde
Dimensiones
Alto: 265 cm x ancho: 115 cm